domingo, 17 de diciembre de 2017

Confesiones de un lector #2

¡Hola, hola!

Yo sé que este no ha sido el año más bueno aquí en el blog, y que últimamente ando más que perdido, pero les juro que el tiempo no me da. La razón principal es que el próximo año voy a empezar la universidad (por tercera vez) y los trámites son INFINITOS. En serio, nada más les falta pedirme el registro de nacimiento de mis abuelos. 

Así que aprovechando un ratico que tengo, vengo a contarles una triste historia o, más bien, a confesarles otra vez mis penas jajaja. Agárrense a sus asientos para soportar esta, que es fuerte:

Confieso que en mi casa NADIE lee
:'(
No, no les estoy diciendo mentiras.

Creo que ya lo he dicho más de una vez, pero por si se lo han perdido, les cuento que en mi casa el hábito de leer JAMÁS existió. De niño a mí nadie me dijo "ten, lee esto", ni nadie me leyó en voz alta, ni nada de esas cosas bonitas que hoy en día podría recordar. Mis papás no son aficionados a la lectura, y según ellos jamás lo fueron, y tanto a mis dos hermanos como a mí nos criaron alejados de los libros.

Todo es muy curioso, porque siempre, desde que tengo memoria, hemos tenido libros en nuestra casa. ¿Quién los leía? Yo no sé, pero ahí estaban. 

De eso les podría contar otras historias, pero para seguir con el hilo de esta, les diré que una vez yo empecé a leer en forma, intenté de una y mil maneras hacer que alguien, mi mamá, mi papá, o uno de mis hermanos, leyera. No lo conseguí, o bueno, lo conseguí a medias.

Gasté mi dinero en libros para ellos, que les daba en navidad, cumpleaños, o en épocas de la Feria del libro, pero lo único que conseguí fue que los utilizaran como "carpetas" para guardar papeles importantes. Eso por parte de mis padres, y mis hermanos, bueno, si leyeron dos o tres libros podría asegurar que de ahí no pasaron. 

Y ahí me rendí, porque ¿para qué invertir en algo que visto lo visto no daría frutos nunca? Me sentí mal porque no tenía a nadie con quien compartir mi pasión por los libros, pero respeto totalmente su decisión. Nadie, bajo ninguna circunstancia, debería ser obligado a hacer algo que no le nace, que no le gusta; si no es por voluntad propia, mejor dejarlo pasar.

En resumidas cuentas, soy el loco de los libros en mi casa.


jueves, 7 de diciembre de 2017

Opinión: "orange" de Ichigo Takano

Título: orange
Autor: Ichigo Takano
Tomos: 5
Publicado por: Ediciones Tomodomo
Sinopsis: ¿Es posible cambiar el pasado? Una historia sobre el valor de la amistad, el peso de los remordimientos y la importancia de vivir el presente.

El primer día de clase, Naho recibe una misteriosa carta de quien dice ser su yo del futuro en la que se predice de forma exacta cada cosa que está a punto de pasarle. Además, la remitente le aconseja no llevar a cabo determinadas acciones. Haciendo caso omiso de ella, Naho invita al chico nuevo que acaba de llegar desde Tokio, Kakeru, a salir con sus amigos después del instituto. Pero algo terrible le ocurre a Kakeru ese día. Algo que podría no haber sucedido si hubiera vuelto antes a casa.

Sabiéndolo, Naho decide comenzar a seguir las instrucciones que recibe desde un mundo futuro en el que Kakeru ya no existe. Pero hacer frente al presente sin dejar lugar para el arrepentimiento no resulta tan sencillo como debiera.


Opinión: Hoy, por fin, tras una pausa más larga de lo esperado, vuelvo con una opinión. Y con una opinión de una historia que ya de entrada sabía que me iba a gustar, pero que ha superado todas mis expectativas con creces. Se trata de un manga precioso en todos los aspectos: orange.

En este manga "cortito", de apenas cinco tomos, nos encontramos con la historia de Naho, una joven que está todavía en el instituto y a la cual un día de repente su yo del futuro decide enviarle una carta para advertirle de algo que va a ocurrir en su vida. Su intención es lograr que la Naho del presente evite que eso pase a toda costa, ya que las consecuencias podrían ser fatales, otra vez. El objetivo: salvarle la vida a Kakeru, el chico nuevo.

Las razones por las que me planteé leer orange en primera instancia fueron sus portadas TAN bonitas (hay que admitirlo, señores), y un no se qué que me inspiraba cierto aire a slice of life más que a cualquier otra cosa; no obstante, me encontré con algo mucho más grande. Una historia para replantearnos la vida, para pensar, para aprender.

Pese a que sí, es un manga "de instituto", no se queda ahí.


Al desarrollarse en una época tan importante como lo es la vida estudiantil de colegio, logramos ver el florecimiento de los sentimientos e ilusiones típicos de esa etapa de la vida, todo por medio de un grupo de chicos unidos por una amistad bella, bella, bella. El argumento tiene sus clichés, pero sale bien librado llevándolos de una manera que no es la típica. En otras palabras, es innovador: va más allá de lo que uno se espera. Sin hacerse pesado, ni repetitivo, ahonda en temas como el arrepentimiento, el afecto y lo que podría ser.

La narración no se sitúa únicamente en el presente, sino que también le echamos un vistazo a ese "futuro" en el que Kakeru ya no está, y vemos cómo eso cambió para siempre la vida no solo de Naho, sino también de sus amigos. Esta parte, la del futuro, enriquece mucho al argumento principal, dándole un tono muy bonito a todo, dándonos a entender que las posibilidades en la vida son infinitas. 




A través de un arte PRECIOSO la autora nos transmite miles de emociones que a cada quien le pegan de un modo distinto, sí, pero de que le pegan, le pegan. Dentro de mi haber como lector no abunda todavía mucho manga(démosle las gracias a las esperas ETERNAS que tengo que soportar y al costo de importar un manga a Colombia :'c),  pero dentro de los pocos que he tenido la oportunidad de leer, NINGUNO me ha logrado transmitir tanto a través de su dibujo como orange. Prueba de esto son las expresiones de tristeza y de felicidad en sus personajes.

Es increíble cuánto logra hacer valer una lágrima o una sonrisa.

Y, hablando de personajes, me alegra poder decir que tanto Naho y Kakeru como sus amigos son unos protagonistas naturales, para anda forzados, y van fluyendo y evolucionando con la historia de una manera que lo único que yo en mi caso quisiera hacer sería apapacharlos a todos y darles mucho amor. Si bien la historia se sirve de Naho como personaje principal, la verdad es que todos y cada uno de los chicos tiene su papel, y da gusto ver que no están ahí solo de adorno.


La historia arroja un poco de luz sobre algo que es más frecuente de lo que pensamos en el día a día: la depresión. La retrata de una forma en extremo real, y eso es algo que me toca muy fuerte, pues sé de primera mano lo que se siente y la manera en la que uno empieza a actuar, y sí, es muy triste verlo impreso en papel tal cual, pero muy necesario también. Cuanto más sepamos sobre ella, más fuertes somos.

Valorar cada instante, saber actuar, VER MÁS ALLÁ, sentir.

Al final orange es eso, un retrato lleno de sentimientos en el que podemos encontrarnos fácilmente a nosotros mismos.

Hay historias que nos dan una lección, que nos enseñan a vivir, y aquí tenemos una de ellas.

Merece:  

Nota: orange ha sido adaptado a una serie de anime de 13 capítulos y a una película de acción real.