viernes, 4 de noviembre de 2016

Gracias por todo


Jamás imaginé que tendría que hacer algo como esto, ni mucho menos así tan de repente. Hace dos semanas mi perra, Donna, se encontraba en aparente buen estado; jugaba, comía, dormía, y se hacía sentir como nadie. Ya a mediados de la semana pasada la empecé a notar rara, nada grave, pero aún así la llevé al veterinario para ver qué sucedía. Todo el fin de semana pasado estuvo en casa, feliz como siempre, pero la madrugada del lunes no pegamos ojo debido a sus constantes vómitos.

Permaneció ingresada desde el lunes, al martes hubo mejora notable, pero para el miércoles ya estaba prácticamente igual que cuando la llevamos. No comía, ni quería levantarse. A duras penas levantaba su cabecita cada vez que iba a visitarla. Todavía se alegraba de verme ahí, de que la acompañara.

El jueves seguía igual, pero no me esperaba encontrarla en un estado tan terrible. Ya no quería ni siquiera moverse, y tuve que esperar un buen rato para que me mirase. Su doctora de cabecera me dijo que no había evolución de su estado, que los resultados de sus exámenes no eran para nada alentadores, así que ya no podía hacerse más. Tenía que dejarla ir.

Me fui a casa destrozado, pero sin dudar un minuto lo que tenía que hacer.

Quise reunir a mi familia para que fuéramos a verla por última vez, pero no lo logramos. Justo cuando íbamos ingresando a la clínica, Donna moría de un paro cardiorespiratorio. Finalmente pude verla, pero ya no estaba; lo único que quedaba de ella era su suave y tibio cuerpecito.

Y todavía no puedo creerlo.

Me duele un montón ver su cama vacía, sus juguetes en el piso, su plato de agua intacto. Saber que cuando llegue a casa ella ya no estará ahí para recibirme es muy triste, pero lo es más aún el ir caminando por la calle y ver que a mi lado ya no está el ser a quien tanto amé.

Querida Donna, quiero que sepas que haz sido lo más valioso que haya, o pueda, llegar a tener en mi vida; recuerdo los primeros días que estuviste conmigo, cuando me parecías una extraña, pero con el pasar del tiempo fuiste robándote mi cariño y mi corazón, demostrándome lo especial que eras. Quiero que me perdones por todo aquello que no hice por ti, y por aquellas veces en que actué de modo incorrecto; te juro que no era mi intención. Jamás voy a olvidar todos los bellos momentos que me brindaste, la compañía que fuiste para mí, ni la felicidad con la que llenaste mi vida.

Espero que donde quiera que estés, seas feliz, y yo te prometo que, aunque ahora mismo te extrañe un montón, y que probablemente sea así por un tiempo, intentaré ser feliz yo también.

Ojalá pueda volver a verte algún día, acariciar tu suave pelaje una vez más.

No me olvides, Donna, que yo nunca te olvidaré a ti.

Muchas gracias por todo.

Te quiero mucho.

Y siempre lo haré.

8 comentarios:

  1. Luis, te mando un abrazo gigante y muy muy fuerte. Estoy segura de que Donna fue muy feliz, tu fuiste su mundo entero y te dio todo el amor que podia, pienso que para eso vienen, para entregar amor a montones y enseñarnos a amar así de esa forma tan incondicional y pura, como solo ellos pueden.

    Yo creo que estas cosas siempre dolerán, pero sí, también se guardan todos los momentos bonitos y todos los abrazos perrunos y con el tiempo es lo que más peso tiene en la memoria, han pasado 4 años y yo todavía sigo extrañando a mi pequeño compañero, tengo a mi lado a otra pequeña que algún día me volverá a partir el corazón pero su amor lo vale.

    Otro abrazo y que sepas que has hecho todo lo que has podido y ella recibió todo el amor que merecía. Honestamente no creo que nada que pueda decir ayude, los abrazos quizás ayudan un poco, pero no puedo hacer mas que enviarte muchos virtuales. ;-;

    ResponderEliminar
  2. Ay Luis, no hay palabras que pueda decirte que puedan amortiguar la pena que sientes. Lo digo por experiencia, ya que hace poco también he perdido un ser querido y se lo difícil que es hacerse la idea. Más que nada, porque estos pequeños seres se vuelven parte de nosotros y al dejarnos, se llevan un pedazo con ellos. Te mando muchísimos abrazos y muchísimo cariño hasta Colombia y quiero que sepas que ahí donde este, Donna te está cuidando y sabe lo mucho que la quisiste.

    Mucho amor y mucha fuerza para ti ♥

    ResponderEliminar
  3. No he podido evitar entrar a comentarte porque sé lo que es, porque tengo mascotas y porque he perdido a otras... y se me han escapado lágrimas al leerte porque me identifico. El amor que te dan y el cariño que se les tiene llega a ser indescriptible, tanto que muchas personas son incapaces de comprenderlo ni de compartir nuestro dolor cuando faltan. Siento mucho lo que te ha pasado, y espero que como dicen por ahí sepas que ahora Donna está en paz y no sufre. No es consuelo, pero vale mucho. Piensa la suerte que tuviste de compartir tantos grandes momentos con ella. Y quédate con eso, con lo bueno que te dió y tú la devolviste con creces.

    Ánimo, un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Jo, lo siento mucho! Sé lo que es perder a una mascota y entiendo perfectamente tu dolor. Quizás ahora nada te consuele, pero piensa que al menos ya no sufre. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Lo siento tanto, tanto, tanto. Tienes que haber sufrido muchísimo
    Realmente, si al menos hubierais podido despediros de ella, aunque habría sido durísimo, habrías podido decirla adiós una última vez y estar a su lado hasta el final. De verdad que es una pena que no llegárais.
    Pero siempre te quedará su recuerdo, por muchos años que pasen. Los buenos años que pasasteis juntos siempre estarán ahí.
    Así que muchísimo ánimo, porque poco puedes decir para consolar en momentos así. Esta más que claro lo mucho que la querías, y ella seguro que lo sabía. Intenta quedarte con el recuerdo de los buenos momentos con Donna
    Te mando un gran abrazo y muchísimo ánimo

    ResponderEliminar
  6. Te entiendo tanto... yo también perdí a mi perrito, fue una enfermedad que le dio de repente y no se podía hacer nada por él. Es muy duro saber que no lo verás recibiendote en la puerta cuando llegas, o pidiendote mimos. Acariciar a mi perro era como una terapia, me hace muchisima falta. Creo que ya han pasado tres años y aún duele, pero te acostumbras. Lo más importante es que tu perrita ya no sufre, eso da un poco de consuelo. Espero que cada día sea más fácil superarlo. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  7. Muchísimas gracias a todos por sus bonitos deseos, me han ayudado mucho a sobrellevar mi dolor.

    No me cabe duda de que Donna está feliz allá donde se encuentre, y los recuerdo que me quedan del tiempo que pasamos juntos perdurarán para siempre, haciendo que cada vez que la recuerde sea con una sonrisa en la cara.

    Gracias de nuevo a todos por su apoyo y cariño :).

    ResponderEliminar
  8. Buenas, siento mucho lo que te ha pasado y entiendo totalmente como te sientes ya que yo siempre he tenido mascotas y se pasa muy mal cuando se van -_-.
    Pero ya veras como poco a poco estarás mejor y piensa que ella esta bien y que ya no sufrirá más

    ResponderEliminar

Tu comentario le da vida al blog :3. Por favor, nada de spam ni url's.